CAPÍTULO 23Acabábamos de llegar a su casa, estaba de pie frente a él, muy nerviosa, sin saber muy bien que era lo que él quería de mí, aún me sentía algo confusa y …Desnúdate – ordenó, mientras se sentaba sobre el sofá, aún con el platico, sin abrir – quiero ver lo que tienes debajo.¿no deberíamos ir a tu cuarto o algo? – pregunté con calma, intentando parecerlo, en realidad, porque estaba muerta de miedo.Aquí no vive nadie – aseguró.Me quité la camisa, que estaba medio rota, pues él ya había hecho saltar los botones, con anterioridad, al mismo tiempo que sentía su mirada sobre mí. Bajé los pantalones, despacio, observando como el me devoraba con su mirada.Se levantó y se detuvo frente a mí, acarici&
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