Lunes 1ro de Abril El domingo, después de despedir a los chicos, me quedé platicando con mi hermano hasta bien entrada la noche. A ambos nos faltaban un poco esos momentos, por lo que aprovechamos la ocasión y ni cuenta nos habíamos dado del tiempo que pasó hasta que nos quedamos dormidos. No era la primera vez caía rendida en la cama de mi hermano en una noche como esa, salvo que en esta ocasión teníamos clases y estaba segura que parecía un zombie andante, puesto que no había dormido mucho Tomé mis clases como muerto andante, llegué a mi casa dispuesta a comer y dormir, cual vampiro hambriento y malhumorado. Cuando estaba terminando mis alimentos y me disponía a levantarme, mi madre se sentó a mi lado, diciendo: - ¿Dónde estuviste antenoche, señorita? - dijo con una seriedad impresionante, pero antes de permitirme contestar, continuó –Y sé honesta, porque sé de sobra que no te quedas
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