“Esa pueblerina trabaja mucho más rápido que esos ayudantes de mediana edad, es joven y obediente. ¿Alguna vez has escuchado una palabra salir de su boca hasta ahora? Ella simplemente hace diligencias para nosotros, nos compra el almuerzo, té con leche, bocadillos y esas cosas, ¿no es genial?”.“Supongo, pero su cara es demasiado seductora. ¿No te has dado cuenta de que se ve más bonita que nosotras dos?”.“¡Bonito mi trasero! ¿No has visto lo que lleva puesto? ¡Lleva usando el mismo atuendo tres días seguidos, apuesto a que la ropa que lleva puesta ni siquiera cuesta más de cincuenta dólares!”.“¡Je, je, silencio! Ahí viene”.Las personas en la oficina dejaron de chismosear tan pronto como vieron a Sabrina acercándose. Ella había escuchado cada palabra, pero simplemente no le importaba. Nada le importaba más que tener un trabajo y que le pagaran.Sabrina ordenó sus pertenencias y permaneció en silencio durante el resto del día. Salió de la oficina en el momento en que terminó su
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