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Todos los capítulos de La Venganza Perfecta: Capítulo 41 - Capítulo 43
43 chapters
Retiro
AtinaTodavía no acababa el café cuando Verónica pidió un postre para ambas. No tenía una pisca de apetito ese día, pero me reservé esa información.“Quiero que pruebes este pie. Es lo mejor que le ha pasado a este lugar. Henrik y yo venimos aquí como tres veces por semana. Todo por culpa de este pie” bajó la cuchara y tomó una gran bocanada de aire “sí, sé que debes estar pensando “¿cómo puede comerse todo eso unos días antes de la boda? Pero no sabes lo mucho que extrañaba este estúpidamente delicioso postre” y con eso se llevó una gran rebanada a la boca.No, eso no era en absoluto lo que estaba pensando.“Si te gusta, cómelo sin culpas”Ella parecía demasiado concentrada en los sabores de ese pie como para responder. Lo probé y terminé dándole la razón; esa cosa era exquisita.“Henrik estará aquí en cinco minutos” anunció, luego de leer unos mensajes en su teléfono. Seguimos comiendo en silencio, hasta que preguntó.“Ati
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Capítulo Final
 Atina Mi vida había cambiado de diversas maneras en los últimos días. La boda de Verónica y Henrik se llevó a cabo en la playa, y fue tan mágica como la imaginé. Mi amigo y su esposa habían sellado su amor, rebozando de felicidad, ante todos nosotros como testigos de esa unión. La novia llevaba un sencillo vestido que emulaba la forma de una sirena y resaltaba su natural belleza, y Henrik también iba de blanco. Las damas de honor vestíamos de un turquesa suave y los padrinos del novio llevaban atuendos en el mismo tono.William tomó mi mano al momento de caminar hasta el altar, donde acompañaríamos a los novios, y susurró lo suficientemente bajo para que solamente yo lo escuchara “la próxima vez seremos nosotros”.Aunque estaba feliz con todo lo que estaba aconteciendo en mi vida, no querí
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Epílogo
  Ingresó a la sala, y halló una visión que no podía enamorarlo más: la mujer a la que amaba dormía plácidamente en el sofá con los brazos extendidos a ambos lados, y sobre éstos descansaban los dos regalos más grandes que había recibido alguna vez: Ariana y Walter, los mellizos que habían recibido cinco años antes. Al parecer habían estado viendo una película cuando todos se quedaron dormidos. Se acomodó en los brazos de su esposa, pero sin conseguir dormir en absoluto. En lugar de ello, la contempló. A sus ojos, Atina era la más perfecta de todas las mujeres del mundo, y cada día que pasaba solo podía amarla y admirarla más.  En
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