Matt y Jacob se levantaron para saludarle, estaban felices de verlo de nuevo allí, luego le ofrecieron un asiento, un siento que no quiso recibir. Su mirada estaba fija en el chico del otro lado de la mesa y el lo miraba de la misma manera. Gabriel no lo conocía, porque sólo lo había visto una vez y no tan de cerca, pero pudo reconocerlo y su interior se revolvió. ¿ Cómo era posible que el estuviera aquí, en la manada, en su hogar? Se sintió traicionada, a decir verdad se sintió como un estúpido. Levantó su mirada tratando de controlar aquel huracán de sentimientos que sentía dentro, cuándo miró hacia al frente la vió, podía reconocer ese cuerpo, la ropa, las botas, el cabello en cualquier lugar, podía reconocerla dónde fuera que estuviera. Pero al verla sólo sintió ganas de alejarse, de alguna forma se sintió traicionado por ella, lo había usado. Quiso irse pero sabía que iba a ser muy obvio, así que iba a entregar el maldito regalo, quedarse un par de horas y se iría a acostar, y
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