—Mía, debes levantarte ir a la universitaria— Dice mis hermanos tratando de levantarme. —No quiero— Digo volviendo me a cubrir con mi manta. —Llevas una semana así, sabes que a la abuela no le hubiera gustado que estés así, la vida es dura, pero debes seguir, además hay alguien que te está buscando. —No quiero ver a nadie. Para el momento en que lo dije era muy tarde, ya había entrado a la habitación, vestido con unos jeans azules, zapatos deportivos, camisa azul y una gorra, tan sencillo como eso, miro al espejo que está en mi habitación, estaba en pijama, con ojeras, mi cabello parecía una maraña o un nido de araña. —¿El encanto lo usas cuando sales?— Pregunta en un tono burlón. —Se lo h
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