Otros, se quedaron ejerciendo sus oficios pastorales, pero sin esa vieja pompa que tenían antes frente a sus rebaños. Gilberto, el corrupto presidente de la convención de ministros y pastores, terminó su mandato que pretendía ser de por vida y fue reemplazado por otro de izquierda. Es decir, del lado opuesto a sus ideas materialistas de vender o intercambiar bendiciones divinas por bienes materiales, y la iglesia volvió a vivir como en la antigüedad. Buscando la comunión, el amor, la paz con todos y la santidad necesaria para ver a Dios, como afirman las Escrituras. Así, los perseguidores de Carlos comenzaron a ser perseguidos y el honor que alguna vez tuvieron en sus rostros se convirtió en nada más que una enorme mancha de vergüenza y reproche que nunca se limpiaría ni borraría. Después de ver la humillación de sus antiguos perseguidores, se arrepintió tantas veces que murmuró contra el nombre y la Palabra de un Dios fiel. Quien nunca falla en sus palabras, o
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