~Devin~"¿Quieres un helado?", le pregunté a Ren mientras nos sentábamos en el banco cerca de la catedral. Caminamos por este lugar durante unos treinta minutos sin parar y ella deambuló como una niña en Disneyland."No hay helado", niega con la cabeza vigorosamente, frotándose las manos en los brazos hacia arriba y hacia abajo. "No sabía que Milán puede hacer tanto frío por la noche", se frotó las palmas de las manos y respiró hondo. Ella debe estar realmente helada porque puedo ver la piel de gallina en sus brazos desde donde me senté.Sin pedirle permiso, pongo mi chaqueta sobre sus hombros. Ella me miró para protestar, pero le adelanté. "Te traje esto." Como si fuera una señal, sus mejillas se volvieron carmesí, y acercó el dobladillo de mi chaqueta a su cuerpo."Gracias".“Ven, me muero por un helado", bromeé con ella y puso los ojos en blanco. Si fuera mía, se arrepentiría de haber hecho ese truco con sus grandes ojos verdes.Ren puso sus manos dentro de las mangas de mi ch
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