Escucha - se dijo a sí mismo, inclinándose para besarla en la boca- Escucha su respiración, escucha su gemido- se dijo, concentrándose. Como dijo la joven hace años, cortesía de Miguel. Y cuando la escuchó jadear y rodar sus caderas contra él, echando la cabeza hacia atrás, se dio cuenta de que su profesora de burdel había tenido toda la razón.Sus uñas rasguñando su espalda para detenerse y agarrarse de su parte trasera, acercándolo más para presionar más fuerte contra su centro, la cara de Alis se veía medio adolorida mientras jadeaba por más.- Tira solo un poco- suplicó, rodando sus caderas contra las de él.Tan concentrado estaba en su tarea que él casi no notó la tensión en sus hombros hasta que se extendió a su espalda baja, advirtiéndole.Frunci&oa
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