126. La nueva dueña de Clever
Otro mes pasó rápidamente y la pelirroja comenzaba a impacientarse, estar sin hacer nada no era para ella, si bien tenía una playa privada en el patio trasero y estaba haciendo planes para acomodar todas las compras en la habitación de su hijo que seguía siendo una habitación sin decorar, ella necesitaba trabajar y así se lo planteó a su pareja una noche mientras estaban abrazados después de hacer el amor. – Erick no me siento bien… – ¿Qué te duele? ¿Fui muy brusco? – cortó sus palabras y se levantó de la cama sin importarle su desnudez – Cariño espera, ¿a dónde vas? – Necesitamos llamar a un médico – buscaba su teléfono – Tengo que encontrar a alguien para que esté a tu disposición 24 horas – murmuraba – Erick, ni siquiera me dejaste terminar – fue hasta él y lo abrazo – No me duele nada y nuestro frijol está a salvo, no hay de qué preocuparse – Pero tú… – Intentaba decir que no me siento bien estando todo el
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