Emma.Podía decir que los momentos que más disfruto ahora, son cuando me voy a dormir, ya que nadie me puede quitar esto. Cuando era niña, Luke tenía otra amante de nombre Nicole quien para mi desgracia era prima de Ruth, ella tenía la habilidad de meterse a mi mente y plantar sueños oscuros creando pesadillas en mi las cuales no me dejaban cerrar los ojos, años después ella se fue del castillo sin decir absolutamente nada.Estaba tan cómoda durmiendo en mi cama, en mi mente estaba que hoy tenía que ir al consejo con Luke, pero el hecho de ir significa que alguien me pueda hacer daño.De pronto podía oír a alguien susurrar cerca de mi oído y sentía una mano en mi espalda moviendo un poco mi cuerpo, por la voz que podía escuchar era Van, pero no quería hacerle casos a sus palabras ya que quería seguir durmiendo un poco m&a

Emma.El rey miraba la escena con semblante serio y tranquilo, yo por mi parte estaba demasiada nerviosa por lo que dijo John.—No me afecta lo que digan un par de vampiros, yo la amo y no es por su descendencia —espetó el rubio con rabia dejando de darme besos.—También el consejo lo cree, así que solo quiero decir que deberían salir en público —murmuró John—. Es decir, sé que dentro del castillo deben de ser unos grandes amantes por eso ya no está Víctor aquí, pero deben demostrar su amor.Esperen un minuto, ¿Mi padre ya no está aquí? ¿A qué se refiere con eso John? ¿Luke también lo asesinó? Nunca me había puesto a pensar en él, ya que ese hombre puede desaparecer 10 días y volver como si nada.Mi mirada se fue al rey, quien sabía lo que iba a pregu

Luke.Ser rey me cansa, el hecho de atender asuntos personales de otros vampiros no es mi problema, pero amo mi puesto, desde que era un niño quería ser el gobernante de estas tierras, pero ahora solo sé que si sigo en el poder estaré solo de por vida sino hago al respecto.Salí de la sala de juntas con ganas de ver a Emma, todos los del consejo no dejaron de acusarla de que ella había asesinado o los 4 vampiros, aunque los dos sabíamos que eso no era cierto. La defendí y sé que lo dudaron, pero al final me creyeron.Desde hace unos meses se que han estado matando a los vampiros, justamente en la frontera, no sé el por qué, pero sé que no son los de mi misma especie los asesinos ni tampoco los licántropos. Tengo que terminar esta amenaza, pues por obvias razones, Emma pasa mucho tiempo en los límites del reino, no quisiera que algo le pasara, adem&a

Luke.Mis pensamientos se detuvieron al ver que el carruaje había llegado a la tienda que había dicho, era una de las más exclusivas de toda la Villa y no cualquiera podía costear un vestido de este local, mi prometida solo va a vestir lo mejor, de eso me voy a encargar.Bajé del carruaje para poder ayudar a Emma a bajar, pero esta se rehusó dándome una mirada de miedo, aunque mis ojos decían todo lo contrario.—Luke no quiero —suplicó.—Vamos Emma —gruñí.Emma bajó del carruaje sin aceptar mi ayuda, pero podía ver cómo estaba realmente llena de miedo por su forma de caminar, así que para darle un poco de seguridad, tomé su mano antes de entrar al local, aunque al cruzar la puerta su fuerza se hizo más grande tomando mi agarre con más seguridad y pegándose completamente a mi cu

Luke.Pocas veces en la vida me ha molestado lo que hacen unos vampiros a otros, de hecho no hago nada viendo veo a un hombre golpeando a otro, solo me preocupo cuando se trataba de mis padres o de Virginia, tiempo después cuando llegó Emma. Aunque esta vez la ira estaba por todo mi cuerpo, mis puños estaban cerrados con gran fuerza, sentía mis ojos arder, el enojo se apoderaba de mi. Al ver a mi prometida en el suelo con su ropa sucia y algo rota quería matar a todos los que estaban a su alrededor, quería asesinarlos ahora mismo y que pagaran por lo que le hicieron a la humana, pero al ser rey me prohíbe tener esos actos de impulso.Germán se dio vuelta y me miró algo sorprendido, pero quiso componer la compostura, aunque sus amigos claramente se le veía que tenían miedo de mi. Juro por la tumba de mis padres que hoy en la noche los mataré, lo juro.—&ique

Luke.Pude oír cómo se abría la puerta del baño dejándome ver a Emma con una playera de tirantes blanca junto con un pantalón de tela rosa pastel dejando su cabello rubio mojado delante de su pecho. Le hice unas señas para que se sentará en la cama y poder hablar tranquilamente, aunque la tensión estaba entre los dos.La humana se sentó en medio de la cama abrazando sus piernas con temor, como si le fuera hacer algún daño. Mi mano iba a ir directamente a una de sus piernas para reconfortarla, pero la detuve antes de que hiciera algo tonto y solo perjudicara la situación en donde ahora nos encontramos.—Se que no vas a hablar tan fácil, así que solo te haré dos preguntas ¿De acuerdo? —ordené fríamente.Quiero saber si el castillo de los vampiros que agredieron a la humana será el quitarles

Luke.Estar en esta posición me hace sentir demasiado nervioso, no quiero que Emma sepa la verdadera por la cual se va a casar conmigo, pues siempre ha pensado que es por su descendencia, pero sinceramente sé que si yo la hubiera elegido por eso ya hubiera tenido hijos y ella ya no estaría aquí. Además se que a Elisa no le conviene tampoco decir lo que sabe, pues se que si ella dice algo la rubia no elegiría a Anthony completamente, puedo decir que este es un gran punto a mi favor.No debería de estar aquí, debo de estar en las casas de los vampiros que se atrevieron a tocar a Emma para poder hacerlos sufrir como es debido, pues si creen que voy a dejar esto pasar están muy equivocados, solo que Elisa hace que esto se me dificulte más mi tarea.Emma seguía de pie en la puerta, ¿Por qué tuvo que despertarse? ¿Acaso no se podía quedar descanso?

Luke.Salí de mi habitación dirigiéndome al cuarto de la rubia, hoy tenía planes de ver algunos problemas de la Villa que me han reportado así que no iba a estar en el castillo ni mucho menos con la humana, además tengo que ver mi traje que usare en la boda y comprarle un vestido a Emma como regalo de nuestra luna de miel. Sé que ella y Elisa eligieran el vestido de la boda, quien la beta piensa que será en 5 meses.Entré al cuarto de mi prometida sin pedir permiso, ya que desde afuera no pude percibir su aroma, lo cual me extrañó pues ella nunca se levanta tan temprano ni mucho menos sale del castillo sin antes comer. De hecho debe de beber de mi sangre para que no le suceda nada.Dicho y hecho, no había rastros de la humana en su habitación, solo a lo lejos pude ver una pequeña hoja de cuaderno rayada encima de su cama, así que me acerqu&ea

Emma.Luke siempre quiere tener todo a su control, todo debe de ser como él mande sin pestañear, pero beber de su sangre es algo que me repugna, pues me obliga a besarlo y no quiero serle infiel a Anthony. Siento que le estoy fallando al hombre lobo, me voy a casar con el rey de Transilvania en dos días y sé que el rubio va a querer festejar teniendo una noche conmigo, soy tan egoísta que no quiero terminar lo que tenga con él Alpha de la manada sabiendo que ya soy una mujer prometida.He venido a la manada HoneyMoon para ver a Elisa, ya que se que ella me puede ayudar con mi problema de beber sangre, no quiero abusar de su gentileza pero Anthony me había dicho que cualquier cosa podía recurrir con ella. Si se llegara a negar tendría que buscar un animal o incluso decirle a John, pues antes muerta que volver a besar a Luke por una necesidad básica para mí.Considero a l

Emma.Algo que me preguntaba era el porque Germán estaba aquí, después de hacerme lo que hizo ese día el callejón pensé que no iba a volver a pisar el castillo, ya que se reúne dos veces al mes con Luke, pero al parecer estaba equivocada y al rey no le importó lo que haya pasado, por un momento creí en su actuación de ese momento en el cual parecía estar preocupado por mi, ya veo que no.Los recuerdos vivieron a mi mente en ese momento, no le quise decir a Luke acerca de lo que había sucedido ya que podía matar o hacerles la vida imposible a los amigos de Germán haciendo que estos me odiaran más.Recuerdo que ese día, mientras que el rey pedía una malteadas para él y mi, Germán con otros dos vampiros llegaron sin piedad y me amenazaron con que los acompañara si no quería hacerme pasar una vergüen