Después de mi larga charla con Pirim fui al hotel, me tocaba trabajar, en la recepción estaba haciendo la tarea, después fui a la oficina de papá, antes de que empezara mi me faltaban unos minutos antes de que empezara mi turno, como por el momento no me podía quedar sola en casa hasta nuevo aviso o mi psiquiatra lo decidiera o debía estar siempre acompañada de alguien preferí ir al hotel que al hospital, me tumbe en el sofá que había en la oficina a pensar un poco en el desastre de mi vida y todo lo que Pirim me había contado. La puerta se cerró sola por la brisa no me levante para abrirla. Marcos abrió la puerta y se paró en el marco de brazos cruzados. —¿Qué quieres?.—dije aunque tenía los ojos cerrados su perfume lo delataba, el Paco Rabanne que le regale para navidad.
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