HENRY —¿Donde está mi bebé hermoso, Franco?—, le preguntaba Julia con un poco de preocupación, y no está de más—, ya sabes que aunque ha sido eliminada nuestra o más bien mi principal amenaza, acuérdate que vivimos en un mundo donde hacemos enemigos a cada paso que damos—, le dijo bien preocupada—, más yo, sabes que de ambos mundos a los que pertenezco mis enemigos querrán encontrar mi debilidad para hacerme caer—, con eso me decía que estaba consciente que no sería fácil dejar este mundo oscuro. —Tú de ahora en adelante solo concéntrate en ser feliz—, le dijo Franco—, que para ocuparnos de tú seguridad y la de tú familia estamos Ángelo y yo—, le dijo al oído—, ve con tú hijo, y llévalo a él, ¡creo que es hora que conozca a su verdadero padre!—, le decía mientras me miraba a mí, ¡mi hijo, mi hijo está aquí!, en esta casa, ya quiero verlo y abrazarlo, decirle que me perdone por no estar con él todos estos años, pero qué de ahora en adelante nada ni nad
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