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Todos los capítulos de Quiero el divorcio.: Capítulo 21 - Capítulo 30
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Capítulo XX: La Habitación.
¡Dios! Pensé que no se irían nunca. Estoy exhausta.  Melissa despide a los últimos invitados de la noche.Cuando todos se han ido nos desplomamos en uno de los enormes sofás.- No siento mis pies Abi.- Me duele tanto la cabeza que creo que va a explotar.-¿Abi?- Qué - Digo con mis ojos cerrados.- Me cae bien tu suegra.Abro los ojos rápidamente. Mierda. Amanda.He estado tan pendiente a la fiesta que la olvidé por completo. Me levanto rápidamente del sofá y subo las escaleras lo más rápido que puedo. Llego a la segunda planta y abro con cuidado la puerta. Ella duerme tranquilamente, el doctor  Serrano le administró un calmante. Yo me detengo un instante a mirarla. Ella es hermosa. Me pregunto qué se sentirá tener una madre. Debe ser increíble. Debe ser lindo tener a alguien que te quiera a pesar de tus errores y defectos, que piense en tí a pesar de estar lejos. No puedo entender a Constanse. Ella no tiene mi dinero, no tiene
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Capítulo XXI: El encierro.
Mis ojos no ven nada. La oscuridad se traga todo. La habitación es fría y vacía. -¿Abigahil? ¿Estás bien?Él me pregunta en la oscuridad.-Si estoy bien.¿Cómo estás tú? - Igual.Al cabo de unos minutos mis ojos se acostumbraron a la oscuridad. Ahora podía ver lo que me rodea. La habitación está vacía. Sólo en una esquina hay unos cuantos muebles que estaban ahí para ser botados.Alexander trata de mover algunas vigas de la entrada pero estas son muchas y muy pesadas. Él camina en dirección a las ventanas clausuradas y prácticamente a puño limpio abre una. Ahora tenía mayor visibilidad.Sentimientos voces.-¿Qué ha pasado Bill?- Escucho a Tomasa.-No lo sé, escuché un ruido fuerte y subí a investigar.-¿Qué fue ese ruido?- Ahora es mi tía.-¡Dios casi me muero del susto!- Melissa, tan dramática cómo siempre.-¡Bill! ¡Bill!- Grita Alexander.-¡Tomasa!¡Melissa!¡Estamos aquí!-Grito yo desespera
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Capítulo XXII: Proposición.
Cierro mi puerta con fuerza tras de mí.- Estúpida, estúpida, estúpida.Me digo a mí misma delante del espejo.-¡Estúpida!¡Estúpida!¡Estúpida! golpeo mis mejillas con mis manos.Por un instante,por un mísero instante lo pierdo todo. Por cuestiones de segundos hubiera caído en su juego. En sus sucios y rastreros juegos. Los recuerdos del momento vuelven a mi mente. La sensación de sus manos en todo mi cuerpo se siente dentro de mi piel. Toco mis labios recordando el sabor de sus besos. Respiro con dificultad.-¿Abi?Me volteo. Melissa me mira con preocupación. Mira mis mejillas rojas, mis labios hinchados y mi cabello desordenado.-¿Qué pasó?No digo una palabra. No puedo, el nudo en mi garganta crece cada vez más, las lágrimas comienzan a acumularse en mi lagrimal. Estiro mis brazos como una invitación. Ella corre hacia mí y me abraza.-Ya no puedo más Melissa. Ya no, ya no puedo más. Te juro yo no quiero Melissa, no quiero volve
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Capítulo XXIII: Perdón.
-¡Estás loco!¡Loco!¿Cómo se te ocurre atacar así a Renato?¡ A Rodrigo!Estoy en la entrada de mi casa. Grito sin importarme la hora y que todos deben estar durmiendo.Alexander me trajo a la fuerza. Rodrigo logró separarlo de Renato antes que lo asfixiara. Él me tomó y me cargó como un saco de patatas. Rodrigo trató de detenerlo pero se ganó un golpe en su nariz la cual quedó rota y ensangrentada. Melissa me mira, yo niego con la cabeza. Él está fuera de sus cabales. Me montó en su caballo y me trajo lo más rápido que el pobre animal podía andar.-¡Le dije que no se acercara a tí!¡Se lo advertí!Entro a la casa y comienzo a subir las escaleras.-¡Detente Abigahil!¡No he terminado contigo!Estoy parada en el primer escalón. Me volteo.-¡Tú no estás bien! ¡Mírate!Lo señalo con ambas manos. Sus ropas están descuidadas, su cabello es un desastre. Sus ojos están inyectados en sangre.-¿Te besó?-¿Qué?- ¡Te estoy pregunta
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Capítulo XXIV: Querida prima.
Ocho días. Sólo faltan ocho días. No puedo dejar de sentirme nerviosa y ansiosa cada vez que recuerdo esta realidad. Ya han pasado varios días desde mi conversación con Amanda. Desde ese día, ella ha estado delicada de salud. Alexander sólo se ha concentrado en ella. El doctor Serrano ha venido varias veces a Las Delicias a atenderla. Alexander y yo sólo hemos hablado lo necesario, todas las veces relacionadas con la salud de su mamá e indicaciones en su comida y medicamento.Yo relativamente he tenido tranquilidad. No puedo negar que me siento mal por Amanda. Ella es una mujer increíble, no merece estar enferma. Enferma y sin esperanzas de poder curarse. Melissa me ha visitado varias veces. Está muy emocionada, su boda será dentro de un mes y medio. Todavía no perdona por completo a Alexander por romperle la nariz a su prometido.Hoy salimos a ver diferentes postres y el pastel de bodas. Yo no sé nada de bodas, nunca estuve en una realmente. Mi unión con Alexan
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Capítulo XXV: Mi error.
Mi error fue besarla.Tenía mi vida bajo control. Tenía todo lo que un hombre puede desear.Tenía dinero, salud, mujeres.¿En qué momento ella se metió en mi mente?¿En qué momento ella se metió debajo de mi piel?Siempre la quise. Pero esto no es cariño. Este no es el cariño que sentí por una niña. Esto no es puro.Esto es deseo. Esto es lujuria, desesperación, hambre, agonía.Esto que siento es como fuego que te quema por dentro, hagas lo que hagas no desaparece.Esto es un veneno. Un veneno que te mata lentamente y ella es su único antídoto.Siento que me odia. Que cada parte de su ser me odia con toda su alma.Yo no pedí esto. Yo no pedí ser parte de su vida. Yo no pedí que el hombre que fue como un padre para mí. El hombre que me enseñó todo lo que sé. El hombre que le debo mi vida se arrodillara ante mí y me pidiera ayuda. Me pidiera que desposara a una niñita de trece años, a mi más preciado tesoro, a aquella que amo con todo mi
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Capítulo XXVI: Los Williams.
Si pudieras pedir un deseo ¿ Qué sería? Muchas personas piden fortuna,belleza o simplemente volver el tiempo atrás y no cometer los errores que cometieron.Yo sólo pediría salud. Salud para mis seres queridos.Si mi padre estuviera vivo nada de esto hubiera pasado. No me hubiera casado con él. No me hubiera marchado por once años. Tal vez él fuera esposo de Constanse, tal vez yo fuera la esposa de alguien más. Tal vez fuéramos felices.Si mi madre estuviera junto a mí, tal vez me hubiera preparado para esto, para una de las decisiones más difíciles que una mujer puede tomar, la decisión de unir tu vida para siempre con otra persona.Para el matrimonio.Pero la vida no es tan fácil. Tu vida tú no la escribes, tú no la decides. Tu vida es el resultado de tus acciones y situación que en el camino se presentan. Te guste o no. Tú no escoges de quién enamorarte, tú no escoges a quién entregarle tu corazón. Casi siempre a la persona a la que le ent
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Capítulo XXVII: La verdad.
-¿Cuándo piensas contarle?- Esta tarde.Melissa me pidió que la acompañara a la modista. Esta es su primera prueba del vestido de novia. Estamos esperando a que Madam Gigi traiga su vestido.- Abi.Yo la miro. Estoy sentada en una butaca. Ella está sobre una pequeña tarima frente a tres espejos todos en diferentes ángulos. Ella está de espaldas a mí pero puedo ver su reflejo mediante el enorme espejo frente a ella.- Te vas a divorciar ¿Verdad?NoSuspiro- No lo sé.- Pues piensa rápido tu decisión Abi. Te queda poco tiempo.- Lo séMadam Gigi llega con el vestido. Se lo pone poco a poco. Gigi le pone la falda mientras yo la ayudo con el corsé. Terminamos de ponerle el vestido yo me alejo un poco, ella voltea.Es perfecta.No puedo evitar llorar. Mi amiga está preciosa con su vestido de novia, su velo y sus prendas. Pero su mejor accesorio, aquel que realmente la hace brillar es su sonrisa. Esa sonrisa d
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Capítulo XXVIII: El tribunal.
La llegada del Obispo Diocesano fue todo un acontecimiento en Veracruz. Jamás alguien tan ilustre había estado en estas tierras. No solo fue un acontecimiento. Fue el plato que da de comer a los chismes. Todo Veracruz sabía por qué estaba aquí. Todo Veracruz sabía que el Obispo estaba aquí para realizar un tribunal eclesiástico donde yo debo probar que mi matrimonio es una farsa. Jamás habían escuchado algo así. Estamos en la segunda mitad del siglo XIX. Un teléfono no causa alboroto ni una fotografía ni tan siquiera la electricidad. Pero que una simple mujer quiera anular su matrimonio es todo un escándalo. Es algo nunca visto en Veracruz.Llego a la Iglesia donde se realizará el tribunal. Está llena. Toda Veracruz está reunida en este lugar. Incluso hay personas afuera que no pudieron entrar. Todas las clases sociales están en un mismo lugar y yo soy su centro de atención, soy su espectáculo.Camino recto. Veo a mi tía a Melissa, Rodrigo,
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Capítulo XXIX: Te perdono.
- Te...te perdono Alexander.Jamás esperé escuchar esas palabras. Jamás creí escuchar su voz pronunciando esa simple frase. Ella se vuelve a marchar. Yo aún estoy en el suelo.Mi madre me ayuda a incorporarme. - Ven, necesitas un baño.Ella me preparó un baño. Salgo de la tina y me visto. Me miro por un instante en el espejo. Doy asco.Desde que ella llegó a mi vida doy pena. No recuerdo cuando fue la última vez que corté mi cabello. Debo rasurar mi barba, una vez más la dejé crecer. Debo bejar de beber.Sé que debo dejar de beber y romper cosas.Pero no puedo evitarlo.Lo que ella me hace sentir cada vez que la logro tener en mis brazos y luego... y luego simplemente se escapa es destructivo. Porque eso es lo que ella hace, ella huye de mí, de lo nuestro,de lo inevitable,ella huye de sí misma.No quiero ver en sus ojos miedo. Jamás he golpeado a una mujer, jamás,soy un mal nacido,un mujeriego puede que hasta un menti
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