Capítulo 21. Una ayuda inesperada
Cameron estaba encerrado en su estudio, trabajando, pero la imagen de Isabella con sus labios entreabiertos al llegar a su orgasmo, no lo dejaba pensar y concentrarse. Su miembro se puso duro, tan duro que, si se acariciaba por encima de la tela de su pantalón de vestir, podría venirse y mancharse, así que negó, cerró sus ojos e intentó controlar sus pensamientos. —Cameron, contrólate. —se dijo a sí mismo. Escuchó desde su estudio el ruido de un motor de auto, Cameron se levantó a toda prisa desde su banquillo de madera, dedujo que Isabella, había llegado a casa. Al asomarse por la ventana, vio un auto gris metálico, que no era en el que su esposa se había ido, se quedó por un momento esperando a ver quién bajaba del auto deportivo de lujo, entonces la puerta se abrió y vio una silueta de mujer, cuando se retiró el sombrero que cubría su identidad, se dio cuenta de quién era: Su colega, Hanna Brook, mejor amiga de su ex prometida. Cameron estuvo a pun
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