Siempre odié la sensación de descontento que me generaba el ser insuficiente. A pesar de tener un carácter fuerte, solía estar llena de inseguridades, dudas y miedos que me carcomían. Pero hay algo que siempre me hizo sentir orgullosa acerca de mí; la lealtad que tengo hacia aquellos que amo. Probablemente se deba a que conozco de cerca lo que es el dolor, pues mi infancia fue una completa mierda repleta de carencias y dolor, todo eso me dejó marcada de por vida. Eso hasta que dos personas se cruzaron en mi camino, me adoptaron y me hicieron parte de su hogar. Ahora estoy mucho mejor, tengo una familia a la cual amo y aunque los fantasmas de mi pasado me persiguen, no podría pedir más, aprendí a valorar a las buenas personas, lo cierto es que son pocasParece que fue ayer la primera vez que esos penetrantes ojos color
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