Virginia, en medio del espantoso infierno en que estaba, recordaba como había llegado allí. Todo comenzó dos semanas antes de Navidad, en una fiesta de su trabajo…Se encontraba en una fiesta navideña de su oficina, compartiendo con sus jefes y compañeros. La fiesta fue realizada en un hotel de lujo, como correspondía a una de las empresas de juguetes más ricas del mundo. Mientras Virginia consumía un trago más de ron que le bajaba por su garganta ácidamente embotándole más los sentidos, y entumeciéndoles etílicamente los nervios, su jefe aprovechaba su distracción para observarle los voluptuosos senos que se ajustaban ante el traje negro de una sola pieza de minifalda y tirantes que le descubría las piernas y los brazos. —Esta compañía tiene muy buenos planes para ti —le dijo el jefe conforme su empleada colocaba golpea
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