Capítulo 24.
Lastimosamente y como era natural que sucediera, la clase de literatura inglesa se terminó, antes de lo que Abigail y el resto de las chicas hubieran querido, realmente era delicioso poder escuchar hablar a Gabriel a cerca del amor, de la pasión, de lo prohibido y todas aquellas cosas que no hacían más si no incitar a sus alumnas, Abigail escucho con atención cada una de las cosas que él dijo, y aunque no tomo nota de ninguna de ellas, si las grabo muy bien en su cabeza, grabo la forma en la que hablaba de Anna Karenina, grabo su sonrisa perfecta, grabo sus ademanes y el resto de cosas que lo componían.Abigail nunca se había sentido de aquella manera, en realidad, la chica jamás se había sentido atraída por ningún hombre antes, todos le resultaban sosos, y demasiado inmaduros para su gusto, pero Gabriel era una cosa de otro mundo, Gabriel era, tal cual a como había dicho Marcia, perfec
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