V Tras una semana de tener a la momia resguardada en el Museo del Cairo, comenzaron a darse los extraños sucesos. Fue misteriosamente sustraído del museo el Medallón de Anubis, un extraño objeto ritualístico que, utilizado en una misa macabra, se decía que podía resucitar a los muertos. Dos días después, el director del museo, el Dr. Hussein, se suicidó en su despacho atormentado por extrañas visiones según su nota suicida, así que se clavó una antigua daga hitita en el cuello. Y una semana luego, dos guardias de seguridad fueron encontrados muertos y con el cargador de sus armas vacío, sin que las alarmas sonaran ante la presencia de intrusos, o las cámaras de seguridad mostraran nada extraño. —¿Y si es verdad lo de la maldición? –preguntó Victoria mientras ella, Omar y yo tomábamos café en
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