Desde aquella traumática experiencia mi vida cambió por completo, dejé de ser la Arlene que todos conocían en Lima, para darle paso a la nueva versión de mí; una chica dulce, atenta, considerada, solidaria y tolerante, esta nueva yo, sorprendió a muchos. Aunque no debería, después de todo esa era mi versión dormida y reprimida.El agente Harry dijo que todo estaría bien, pero no fue así de simple, reincorporarme a mi rutina diaria no fue nada sencillo. De hecho, tuve que asistir a terapias, unas veces me acompañaron mis padres y otras Alex, porque lidiar con las pesadillas los primeros días fue brutal. Cada vez que cerraba los ojos, Carlos aparecía y sentía su peso sobre mi cuerpo. volvía a sentir sus manos estrujándome, me asfixiaba al sentir sus manos sobre mi cuello. Las escenas horrendas grabadas en mi cabeza no se disipaban del todo. El insomnio fue frecuente y necesité de mis padres para poder dormir unas horas, cuando Alex no podía estar a mi lado. Las primeras s
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