Adriel Karol me acompañó hasta mi camioneta, se despidió con un beso en los labios y no tuve valor para volver a pensar en terminar con ella. Estoy muy confundido y sintiéndome un completo desgraciado.—Mis padres quedaron encantados contigo, les diste una buena impresión. Espero que momentos así se repitan para que te conozcan más. —Claro, eso sería bueno, pero cuando empiece mi trabajo será solo algunos domingos o fines de semanas—respondo saliendo del aprieto, sin pensar bien lo que expreso. —Genial. Así podemos estar todos, como hoy.—Bueno, ya es muy tarde, debo irme. Vuelve a besarme y subo al auto con una media sonrisa de nerviosismo. Pongo la marcha a casa de Frank. “Sé que pudo salir peor” me dije saliendo a la autopista, ¡Sí! Eso es un gran consuelo. Eran más de la medianoche, cuando llego a casa, ya todos dormían. En silencio entro a la habitación y me tiro en la cama, así como estaba, cierro los
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