Camila Albora —No... Puedo... más, —jadeo sintiendo como Xander me embiste una y otra vez. —Solo... un... poco... más, —gruñe para estimular mi clítoris provocando que me tense a su alrededor, Xander ruge y se corre dentro de mí llevándome con él al orgasmo. Dejo caer mi pecho contra la cama siento mis piernas temblar, Xander sale despacio de mi interior y se acuesta a mi lado para atraerme a su torso. Nuestros cuerpos están bañados en sudor, me quejo cuando los rayos del sol comienzan a pegar en mi cara y escondo mi rostro. Escucho la risa de este, lo muerdo y se detiene. »Luna, mía, —ronronea acariciando mi espalda. Tal y como dijo anoche, no te dejaré dormir hasta el amanecer y joder, sí que cumplió su promesa más cuando dije que fui donde la médica Eva para poder planificarme o como dice este «ponerme los tratamientos antis bebés» La idea le agrado, porque según este estamos jóvenes y que quiere tenerme sol
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