5 MESES DESPUÉS. Sonreí mientras miraba y acariciaba mi pancita. Estaba de seis meses y medio. Era pequeñita, pero el bebé se movía mucho, era igual de inquieto que el padre. Tenía mucha intriga de cómo sería. ¿Tendría sus ojos? Ojalá que sí. -Estoy tan feliz de haber dejado toda esa vida atrás- suspiré recostada en una silla. -También yo amor. No fue fácil...- murmuró Alexander. -Lo sé, lo que tuviste que hacer para poder escapar de todo aquello...- respondí. Asintió. -Ya está, dejémoslo atrás. Éste es nuestro presente, y nuestro futuro- besó mi vientre -Gracias por haberme esperado...- -No tienes que agradecerme, lo haría una y mil veces- hundí mis dedos entre sus cabellos, acariciando su cabeza -Gracias a tí por dejarme atravesar tu frío corazón - bromeé. -Un placer- reímos. Vivíamos en una ciudad distinta, muy lejos de la anterior. Nuestro hogar era una hermosa casa con un gran campo atrás. Y
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