El cielo estaba gris, caía una llovizna fría era un día sin vida, con profunda tristeza, así era el estado de ánimo de Sofía, parecía que el día lloraba con ella, todo era silencio, en el cementerio había pocas personas, Nadia y Sofía iban con el rostro cubierto por un velo, así lo había pedido Sebastián antes de morir, le había dicho a Noé que hicieran eso y estuvo bien porque los fotógrafos, periodista y gentes de medios querían tener una imagen del lugar que descansaba Sebastián al igual de las personas cercanas. Un sacerdote hacía las últimas oraciones para pedir por el alma de Sebastián, al escuchar aquellas palabras “luzca para el la luz perpetua” se derrumbo Nadia que lloraba sin consuelo, había estado con su hijo por tan poco tiempo que sentía que su vida se iba con él, tomo un puño de tierra que dejó caer al féretro café, Sofía llevaba una rosa blanca, como tantas que él le había dado, antes arrojarla le dio un beso, Sofía parecía que perdía el equilibrio, no había comido c
Leer más