ISABELLa tarde parece eterna. A pesar de su desagrado por la pizza, Cynthia acepta quedarse a comer, es tan extraño verla aquí, sentada en cajas de cartón, como nosotros. Yo me limito a quedarme con Brandon, como sanguijuela que se niega a soltar a su presa, como fantasma, de alguna manera toma el protagonismo y se vuelve el mejor anfitrión del mundo, yo ni siquiera puedo hablar, ni comer. Siento la mirada de Alonso y solo quiero desaparecer. Inconscientemente me hago bolita, acurrucándome al costado de mi esposo, que me abraza con naturalidad. Me mira, me sonríe, me besa, transmitiéndome un poco de paz, que, para mí mala suerte, solo dura un momento, basta levantar la mirada para que se rompa el encanto y reinicie el ciclo, me acurruco me abraza, me besa levándome al cielo y caigo en el infierno al ver a mi ex… - Isabel, Isabel – repite y volteo a mirar
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