DARCEYTres semanas.Tres semanas habían pasado desde que Lide y Odín entraron a mi casa, y mi madre me impuso un castigo de un mes, únicamente podía usar el teléfono cuando iba a la escuela para poder estar comunicada, pero al volver ella me quitaba el teléfono y solo encendía el internet cuando necesitaba investigar algo de clases. Le expliqué exactamente qué fue lo que ocurrió, la pelea que escuché, Odín borracho y que Lide solo vino a buscarlo, pero ella —a pesar de que no nos vio porque efectivamente como había dicho el idiota de Lide, las cámaras estaban a los alrededores de la casa—, dijo que mi comportamiento se estaba saliendo de control y que debía aprender, así que est

Entre abrí los ojos, la escalera estaba desplegada, pero la puerta se había vuelto a cerrar, ¿Qué me había agarrado del brazo?, todo mi cuerpo dolía, no podía moverme, mi pierna cayó en una rara posición contra la tina y mi cabeza contra el suelo, mi brazo pulsaba, como si lo que me agarró del brazo me hubiera intentado quitar la piel.—¿Qué ocurrió?Mis ojos fueron hacia la puerta, ni siquiera había escuchado que la habían abierto, Lide estaba parado ahí observando mi cuerpo tendido y adolorido. Él miró la escalera desplegada y luego me volvió a mirar pareciendo comprender lo que había ocurrido.Vaya, por primera vez en casi un mes Lide volv

Su madre.La señora Brete, creo que su nombre era Danna, era lo único que Calma había mencionado de su madre, porque en los tres meses que llevaban aquí no la había visto ni nadie había hablado de ella, yo simplemente supuse que se la mantenía trabajando o algo así, nunca le di importancia, pero ahora sabía por qué no la había visto nunca, estaba encerrada en la azotea, ¿pero qué le había pasado?Miré mi brazo, los rasguños estaban ahí, los rasguños que esa mujer me había hecho, de seguro la tenían allá encerrada por alguna razón, parecía peligrosa. Salí del baño a la habitación de Calma rápidamente, pero el golpeteo del techo me hizo imposible dormir

—Calma —gemí con el corazón en la boca—. ¿Qué mierda? ¡Casi me matas del susto!Ella soltó una ligera carcajada y negó con la cabeza pareciendo un poco apenada, tendió la mano para ayudarme a levantar y yo se la acepté.—Perdón, perdón —dijo, su sonrisa menguó un poco—. Venía a decirte que sé lo que pasó ayer... con Lide. Iba a hablar contigo en el almuerzo pero ya sabes... la guerra de comida.Me quedé un momento confusa, ¿sabía la conversación que tuve con Lide? Mierda, ahora seguramente me recriminaría por no haberle tenido la suficiente confianza como para contárselo yo. No podía creer que Lide l