El desolado camino era todo lo que queda al final de la vida, nada es como imaginamos al morir o al nacer.Isabel leyó la frase escrita en la pared, su arabe no era del todo asertado entonces esperaba estar al menos cerca de lo que decía, las ciudades de la frontera parecían tener un dialecto distinto que al de la cuidad, aunque hace más de dos años allá estado allí no había hablado con muchas personas solamente con el guía turístico. Y pensar que ese viaje le llevó al destino que hoy cargaba sobre sus hombros, tenía que haberse detenido en el momento en que su maleta se rompió, su abuela solía decir que es de mal augurio..Ella siguió curioseando por la estancia, parecía tan antigua como moderna, cosas talladas a mano y muebles exquisitos, aquel salón se podía definir como silencioso y relajado con colores azules, muebles de color crema que le daban una imagen acogedora.-Su majestad, el jeque la está esperando para cena
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