Hace mucho, cuando apenas era un pajarito flaco y desnutrido, siempre se me ocurría la necesidad de querer saber el porqué de las cosas, recuerdo que llegué a faltarle al respeto a mi padre, cuando lo vi tapar el orificio de una pequeña gotera que había en nuestro nido, le pregunté – ¿papá, pero tú estás loco, como vas a tapar una simple gotera que ni siquiera molesta para nada? – El me respondió – ¿pajarraco, si no la tapo ahora que es pequeña, cómo la taparé después de grande, cuando resulte del tamaño de nuestro nido?- Sinceramente que me sentí muy apenado, con aquella respuesta, ya que por mi cabeza de ave, jamás había pasado la idea de que esa gotera tan pequeña, se podría convertir en la destrucción de aquel nido que había sido construido con tanto esfuerzo y sacrificio, el sólo hecho de
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