Cinco años despuésEstábamos los tres en la piscina disfrutando del día, yo, Hazel y Harry, mi hijo de cuatro años. Le pusimos ese nombre por el padre adoptivo de Alex. A estas alturas Harry ya sabía nadar, gracias a su hermano que pasaba mucho tiempo en la piscina, quería muchísimo a su hermanito desde que había llegado al mundo. Si bien le costaba conversar con gente de su alrededor, lo hacía sin problemas con él, estaba muy motivado, su hermanito le había cambiado la vida y a pesar de que ahora tenía nueve años —pronto cumpliría los diez —seguían entusiasmándole los cómics y las pelis de súper héroes. Había conseguido que Harry les pusiera interés, aunque no había conseguido que también fuera muy fan de Capitán
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