ASTRID. Despierto por algunos rayos que están en mi cara, siento una mano en mi cintura, trato de levantarme pero algo me lo impide. ¡Dios mío! Piezas van encajando en mi cabeza, la vergüenza me carcome por dentro y mi cara esta más roja que la manzana de aquel día. Dejó de moverme para pensar un rato, ¿con que ojos me va ver Damián? ¿Que dirá? ¿Cambiará de opinión?. Intento salirme de la cama pero este sólo gruñe.-Déjame salir, quiero ir al baño. -hablo con mi voz baja, este solo medio se mueve para que yo salga. Ya en el baño hago mis necesidades, me doy cuenta que mi entrepierna duele, no es un gran dolor pero si algo me duele, me quitó la camisa y observó mi cuerpo en el espejo, una mordida
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