Roberta camino por la calle, su gran amor por Adrián la cegó por muchos años, siempre miro la culpable de toda su desgracia a su hija, a Mariana, recordó cuando conoció a Manuel Samaniego, era muy parecido a su Adrián cuando era joven, guapo, alto delgado, y lo que más le dolió fue la mirada que él joven le regalaba a su hija, una mirada llena de amor, tanto fue su dolor que no se dio cuenta que un carro venia en su contra, las luces la cegaron, y fue rápido todo el impacto, el golpe, los fierros retorcidos la ambulancia sonando. <
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