—¿Dime que pensaste en mí, aunque no pude jugar contigo, como es debido? –doy un respigo al escuchar su voz, mientras intento adaptarme a la luz y lo miro con una ceja enarcada, y trato de concentrarme en decir algo horrible, para que no crea que lo extrañe en todo el día, cosa que no hice. —tu mal ... No te extrañe, de hecho, no me acordaba de ti, hasta que el chico vampiro fue a traerme de vuelta a mi jaula --El me mira y sonríe aún más ¿Qué? Acaso esperaba esa respuesta. —Sabes ¿qué? te voy a castigar por no pensar en mí, ya que ese artefacto que llevas ahí… es precisamente para eso --Diablos debí decirle que, si lo extrañaba, Se acerca a mí, con zancadas grandes y me mira como si estuviera preparado para hacer algo terriblemente malo. —Quítate el vestido y acuéstate sobre la mesa --Me lo dice de una manera que da miedo, ya que tiene ese rostro, que usa con el chico vampiro, pero está loco si cree que bajaré mi cabeza ante él. —No lo haré, si quier
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