No se le puede llamar vida a esto, es terrible lo que sucede dentro de estas calles cerradas con ladrillos de odio. La vida dentro de este infierno es, dentro del infierno mismo, un infierno absoluto. Eso es lo que estamos viviendo los judíos padre. siguió diciendo Schmuel Me he dado cuenta que esta guerra no se trata de religión, sino de razas. Tú hoy apenas te has dado cuenta de ello, pero yo, desde el instante mismo en que recorro las calles puedo comprender el odio de los alemanes hacia nosotros los judíos. Piensan acabar con todos nosotros, piensan matarnos poco a poco ¿Qué no te das cuenta? Padre, yo no estoy dispuesto a que por mi cobardía, miles de niños y jóvenes judíos mueran. Seguía con su discurso el hijo ante la mirada atónita del padre y de algunos judíos más que habitaban la vivienda y que salieron intrigantes ante los gritos que surgían de la garganta de Schmuel.-Hoy, padre, he decidido ser valiente, tan va
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