“Alex, necesito que vayas a la casa de Roman y me busques algunos libros”. Papá me lo dijo sin mirarme. Miré entre los dos. Quería decir algo como, ‘¿te han roto las piernas?‘ o‘¿no puedes buscarlos tú mismo?‘, pero lo conocía bien, así que solo asentí.“Claro”.Una vez que terminó la cena, Roman se puso de pie y dijo que tenía que ir a arreglar algunas cosas. Supongo que esa fue la señal para que me fuera con él y me levanté también, siguiéndolo. El camino a su casa, por breve que fuera, fue en silencio. Él no había hecho ningún intento de tocarme una vez que volví a la mesa, y tampoco tuvo ninguna intención de hablarme.Con suerte, él había aprendido la lección.Caminando por su entrada, él abrió la puerta y entró. Yo no había estado dentro de su casa antes, así que quería que me invitara. Una vez que se dio cuenta de que no habia entrado, me llamó con un gesto de su mano y desapareció por la esquina. Entré y cerré la puerta.¡Su casa era enorme! Lo cual, considerando que era in
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