Todos los capítulos de No soy tuya, ¡Pero ámame, jefe!: Capítulo 61 - Capítulo 64
64 chapters
Boda sangrienta.
Narra Armando: — Taylor Rendon, ¿quieres recibir a Tomas White, como esposo, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida? — Escuche mientras estaba corriendo con mayor velocidad hacia la iglesia; no podía dejar que ella se casara. Leer más
Ángel guardián.
Narra Armando:   — ¡Soy papá! — Grité lleno de emoción, todavía no me podía creer la noticia, mientras recibía un abrazo reconfortante por parte de María y otro de mi madre hermosa, no sé qué haría sin ellas dos en mi vida realmente.   — No te preocupes, Taylor estará bien y compartirá la misma felicidad a tu lado —
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Cerrando ciclos.
Narra Taylor:   — ¿Qué sucedió con Tomas? — Pregunte al recordar que lo estaba buscando la policía; no sabía qué errores había cometido, pero solo tenía la certeza que había sido un gran hombre conmigo.   — Lo tiene retenido la policía, debe pagar por muchos crímenes que cometió — Respondió con hostilidad Armando, ¿a
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EPILOGO
Recapitulamos y recapitulamos cada momento que habíamos pasado en este tiempo juntos, desde el día en el que nos conocimos hasta actualmente donde nos encontrábamos siendo padres, recordando cada sentimiento, emoción y pensamiento que se había cruzado en nuestros caminos. Nos costó bastante ir a enterrar a nuestro pequeño angelito donde habíamos decidido colocarle Daniel; en honor al abuelo de Armando quien había sido una gran compañía para él, llore como nunca porque no había podido tenerlo entre mis brazos, pero sentía que si había pasado así era por algo, donde observamos como esa pequeña cajita entraba dentro del baúl donde iremos a visitarlo todos los meses; especialmente en su cumpleaños y mis pequeños hijos sabrían de su mínima existencia.   Después de eso, nos preparábamos para el gran evento donde siendo sincera no podría creer que me iba a casar en unos momentos con el amor de mi vida; tenía bastante nervios no podía negarlo donde se me hizo eterno el
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