—Bien, cada quien tome su lugar. —Jing ordenó. Eli comandaba a sus hombres junto a Dimitri y Ana, mientras que Jing y Leela hacían equipo con cincuenta líderes y maestros. Odiel y Ulises flotaban por los aires, y Jonah, Miriam y Darian eran los atalayas y espías. El maestro Chan seguía en su labor de buscar la piedra. Los hombres de Leonel Sum habían llegado al mar verde que rodeaba la región del Fuego. Carros voladores aterrizaron en la orilla del océano con Sum y sus hombres principales. Ulises y su equipo fueron al encuentro y cuando iban por la cordillera Rosa, ubicada cerca de la ciudad de Estrella Verde, el estruendo de muchos caballos los puso alerta.Los pocos hombres que llevaban con ellos se amedrentaron ante aquella multitud. Parecían un enjambre de langostas dispuestos a destrozar todo a su paso. Ellos se miraron con temor, enfrentarlos sería
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