Había sido un largo día, teniendo que ver a mis amigos peleados, cada quien, por su lado, sin siquiera mirarse a menos que fuera para lazar rayos de pura furia, más por parte de Mike. Los otros dos solo apartaban la mirada y seguían su camino, excepto por Richy quien en más de una ocasión se quedó sosteniendo la mirada de su hermano, entonces intervenía yo, para tirar del brazo del gemelo más cercano a mí y evitar que se agarraran a golpes en el patio del instituto. En mis clases, como siempre, no faltaba Lucas, no habíamos vuelto a tocar el tema del enamoramiento, no tenía sentido, él pensaba lo mismo, no era posible que dos seres intangibles el uno con el otro se relacionaran de esa manera. Seguimos con nuestra amistad, como si nada: nunca hablamos, nunca me confesó su amor, nunca acepté que lo quería de la misma manera. Y me pareció la mejor decisión. Estuvo en el asiento a mi lado, susurrándome las respuestas a los ejercicios de la pizarra incluso antes q
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