—Princesa, ¿Lograste ubicarla? — Mientras la saludaba con un beso sobre sus labios. —No mi amor, creo que se la trago la tierra. — Con un suspiro de derrota, había insistido varias veces durante el día, tratar de hallarla. —Yo también trataré de hablar por mensajes o en sus redes sociales, pero nada que contesta —Si hubiera pasado algo ya nos habríamos enterado, pero estoy pensando en algo creo que mejor no volver a insistir en hallarla — Con algo de pesar, no le gustaba jugarle chueco a su amiga, pero no le queda de otra. —¿Por qué lo dices mi amor? —Extrañado por la actitud de no prometida. —Estoy cansada de su terquedad, yo la adoro como a una hermana, pero ya es mucho ¿No crees? No digo que tu amigo sea santo de mi devoción, pero debe escucharlo tarde o temprano, en cambio ella solo cierra, parece una niña chiquita cuando se tapa los oídos y se niega
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