—No hay mujer más hermosa ante mis ojos que tu mi diosa. —No sé, ya cuántas veces te he dicho que no me importa si te parezco la mujer más hermosa o la más fea ¡NO ME IN TE RE SA ¡Y ya déjame en paz de una vez, te lo digo en chino, francés, italiano o mandarín, no tengo ningún problema en traducírtelo — Mientras trataba de guardar la calma y arrojarle ese vaso de jugo que tenía tan cerca de ella y lo veía ya sobre su perfecta cabellera, es que esa clase de sujetos, que se creen galancitos, aquellos que están acostumbrados a que cualquier mujer caiga rendida a sus pies como moscas, ese tipo de hombres le hacían la sangre hervir. —Eres perfecta para mí, hermosa, fiera, salvaje me dan unas ganas de dominar cada parte de ti. —Los tipos como tú jamás ten
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