“Sra. Gregg, usted tiene cáncer terminal…”.Mi cara estaba pálida mientras le pregunté al doctor, “¿Qué acaba de decir?”.El doctor puso sus brazos sobre mi registro médico y enunció claramente cada palabra: “Sra. Gregg, su útero no fue completamente limpiado cuando usted tuvo un aborto hace dos año. Luego, usted tuvo una infección causando que las células de su útero se volviesen cancerosas…”.Lo interrumpí con lágrimas en los ojos, “¿Cuánto tiempo me queda?”.“Las células cancerígenas se están propagando. Tiene como mucho tres meses de vida…”.No pude escuchar nada más de lo que el doctor dijo. Mi cabeza zumbaba sin parar y resonaban las siguientes palabras: “tres meses de vida”, una y otra vez en mi mente… Esa noche, en la Villa Gregg:Me tumbaba en la cama como una perra muerta, colocando la cabeza debajo de la almohada. Mi corazón estaba lleno de tristeza. La persona que acababa de acostarse conmigo hace poco era mi esposo, Dixon Gregg. Por tres años enteros, él haría
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