Aunque ya había salido el sol y él seguramente se iría a dormir pronto, fuimos a hablar primero con Giovanni. Estaba ansiosa por tener en mis manos el texto mágico que había conseguido, sobre todo desde que Cordelia llamó y dijo que volvería esa tarde para realizar la sesión de espiritismo. Puse toda mi atención en conseguir quitar esta atadura para poder adelantarme a esas brujas y, con suerte, parar este lío en ese instante. Había muchas posibilidades de que las brujas que trabajaban contra nosotros se enteraran e intentaran detenernos, así que cuanto más rápido nos moviéramos, mejor. Como Asher se negaba a perderme de vista durante el día, me acompañó. Incluso a plena luz del día, no pude evitar mantener los ojos bien abiertos en esos caminos serpenteantes, esperando otro par de botas oscuras. ‘¿Estás bien?’, me preguntó Asher mientras que su voz fluía por mi cabeza. Me miró desde el asiento del conductor y retiró una mano del volante para colocarla en mi muslo. ‘Sí…’. Asent
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