Sali de allí tan sumergida en la rabia que olvidé por completo el hecho de que de Ronan aún permanecía sentado en frente de recepción esperando por mí, ante una situación de esta índole el enojo no es el mejor aliado de nadie, nubla el juicio y nos aparta un poco de la cordura, haciéndonos olvidar casi por completo a quienes están hay siempre a nuestro lado apoyandonos. Mis pies parecieran que tenían vida propia van por un sendero, pero sin destino alguno, mis pasos sonaban rítmicos e iba como quien tenía prisa, en ese momento hubiese deseado incluso que la tierra me tragase, no era posible que lo malo siempre se combinara para sucederme solo a mí, ¡Hope!, por
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