Verlo dormir era algo increíble, la manera en como se veía vulnerable, cuando era todo lo contrario a eso, el tiene un aspecto rudo capaz de romper las reglas. Paso mis dedos por su cabello desordendolo, y sin pensarlo me encuentro sonriendo como idiota, hace tanto que no me sentia asi contenta y feliz. Miguel provoca muchas sensaciones en mi, porque esta con él es incierto, como algo que sabes que es prohibido, pero al mismo tiempo sabes que lo quieres, por que sin pensarlo te encariñas con él, aunque el diga que no es digno de amor, que solo esta aquí para vivir libre, montar libre y morir libre; sin duda el no se da cuenta de todas esas buenas características. Dejo un pequeño beso en su cuello, escondiendo mi rostro ahí, e inhalo su olor, a cuero y menta. Suelto una carcajada al sentirlo apretar mi trasero, doy una pequeño golpe en su pecho. -Si sigues asi, no saldremos de esta cama-dice besando mi frente
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