Lika se preparaba para visitar al ginecólogo, estaba muy contenta, Alexander estaba listo para ir a sus negocios, pero quiso desayunar con ella, ambos conversaban, hacían planes de donde estaría la habitación del bebé, que si compraban la cuna más lujosa, que la nana y muchas cosas más, estaban tan ilusionados que Él habló feliz. —Quiero que en los exámenes salga positivo, mi amor, qué ilusión tengo, un hijo contigo, mi amor, que felicidad —y ella contestaba ansiosa —Alexander, estoy tan entusiasmada que no sé qué hacer, si ser feliz, si llorar de emoción, ay, Dios, estoy que no entro en mí misma amor Él se levantó de la mesa para abrazarla todo cariñoso, lamió el lóbulo de su oreja susurrando —Tantas veces hemos hecho el amor con tanto ímpetu y deseo que sea justo que tengamos este bello regalo —acariciaba el vientre de Lika mientras lo decía. Se besaron para despedirse mientras Alexander iba muy feliz a sus negocios, Lika subía al auto rumbo al ginecólogo, iba soñando de cómo ser
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