No se puede juzgar a quien satisface sus necesidades por instinto, es parte de nuestra naturaleza, eso lo aprendí hace mucho tiempo, por eso estoy aquí en el restaurante, Petit Paris, tomando una copa de vino exportado de burdeos-Francia, frente a un hombre que físicamente me atrae, trata de alejar la vista de mi escote, admiro eso, ya que para los hombres bloquear ese reflejo es muy difícil.Los minutos parecen pasar rápido, cenamos, charlamos, la segunda botella de vino va por la mitad, no veo anillo en su dedo anular. Reparo en el tamaño de sus manos, de lo que podría hacerme, es ginecólogo en teoría eso le da ventaja, mi imaginación más el vino es una combinación excitante, aumentando mi deseo por esta presa.No puedo evitar ocasionalmente pensar en Erick, ¿Dónde estará? y lo más importante, ¿Por qué no se ha comunicado conmigo?, sin tan solo supiese algo de él, tener la promesa de un pronto regreso, tal vez no estuviera acá. A quien engaño, si estuviera acá, mis nec
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