Cuando Guadalupe llegó a TENTACIÓN, eran solo las ocho de la noche. No había mucha gente en el bar, pero la música estaba demasiado alta. Guadalupe frunció el ceño en el momento en que entró.

Ainoa estaba sentada y saludando a Guadalupe desde lejos cuando la vio. "¡Lupe, ven aquí!".

Guadalupe miró hacia atrás a Noah. "Sr. Chistau, ¿por qué no te apartas y disfrutas un poco solo?".

Noah la miró fijamente. "¿Me tratas como tu conductor? ¿Cómo puedes mandarme lejos cuando ya no soy útil?".

Guadalupe sonrió. "Solo tengo miedo de que te aburras conmigo".

Tan pronto como terminó de hablar, Noah de repente se inclinó casi hasta su oído. "¿Cómo podría ser eso posible? La señorita Aranda es mi objetivo solamente".

Aunque la música estaba alta, Guadalupe escuch&oacut