Ava. En definitiva, en mi estado natural, yo debía haber sido igual de comprensiva, que fue Elijah, conmigo, pero como ahora, cuando estoy dominada por esas emociones, que como he dicho me controlaban, no solo a mí, sino a mi segura e incontrolable Elora, nada es natural. Pero como ya he dicho, esta no era la situación, más bien era el momento en que como decía mi mate, la salvaje omega que tenía en mi interior, quiso darse a conocer, de la peor manera. -” Llamen a Brandon para que saque a sus problemáticas primas, y se las lleva de aquí, por la puerta de servicio, ayuden a salir, también, a todas las hembras, y cierren la casa de la manada.”- oí qué decía el Alfa, aunque yo ni lo miraba, mi vista estaba centrada, de forma descarada, y nada obediente, en los ojos atrayentes de mi mate. De pronto comencé a ver que comenzaba a desnudarse, y mis celos, incomprensiblemente, se incrementaron, sabía que Irina, estaba cerca, y la idea de que ella pusiera los ojos sobre mi pareja, casi
Ava. - “Bien, Beta, ¡Empieza a hablar!”- le dije intentado ser lo más comprensiva posible dentro de las circunstancias. –“¿Quién es esa tal Margot? ¿Y por qué razón no tengo que destrozarla en mil pedazos?”- le pregunté una vez que estuvimos, encerrados en una de las habitaciones de la casa de La Manada, tras ducharnos, y ponernos algo de ropa por encima, si se puede llamar ropa a un simple albornoz. En este momento, yo me encontraba sentada frente al tocador, mientras mi compañero se había empeñado en secarme el cabello con un secador, al principio me había resistido, porque aún, a pesar del sometimiento de mi compañero, cada vez que recordaba la voz de esa m*****a morena, la sangre me hervía de nuevo, pero tras su insistencia, y por culpa que aún reinaba en mí esa sensación de entrega sumisa a mi pareja, terminé cediendo. Eso no quería decir que no quisiera explicaciones, las quería, y las iba a obtener, pero el nivel de lo que siento ahora, y el nivel de enajenación a la que me
Irina. - “Y esto ha sido todo lo que sucedió con esas dos estúpidas.”- me dijo Desmond, muy serio esperando mi reacción. Llevamos más de dos horas, encerrados en su despacho, tras mi reacción de sometimiento a sus caricias, pronto nuestro cuerpo, por iniciativa de ambos, se transformaron, y él, agarrando una de las mantas que había en el sillón que estaba cerca de nosotros, me envolvió en ella, para que después, desnudo, y totalmente arrebatador, me llevarme en sus brazos, hacia su despacho. Mientras era transportada en sus brazos, aún me agarraba a él, con las sensaciones de placer y calma que provocaba su cuerpo pegado al mío, y por segundo, pensé que había acabado con toda su resistencia, para que no esperáramos, y que nos uniéramos como pareja predestinada de una vez, pero él rápidamente, me dejó claro sus intenciones, sobre todo cuando, tras traspasar la puerta de ese despacho, me llevó directamente al baño que había en uno de sus laterales. Era un baño básico, con lo esen
Irina. Él me miró serio, y levantándose se acercó a mí. - “La que no lo entiende eres tú, Luna, da igual lo que haya pasado hoy, tú eres mi pareja predestinada, y nadie puede saltarse eso, sin importar que se hayan llevado una mala impresión de ti, simplemente deben obedecerte y respetarte, por ser la Luna, y en caso contrario, se las verán conmigo.”- me dijo colocándose frente a mí a muy pocos centímetros, sabía que pretendía con su porte, su altura, y su intimidación innata, que yo cediera en esto. Y quizá debería hacerlo, era el único Alfa que con su voz, su mirada, y hasta su olor, me obligaba a obedecer ciegamente, como con ninguno, me costaba saltarme sus órdenes, y cada vez que lo hacía tenía que luchar conmigo misma y mi naturaleza, nunca lo había hecho hasta ahora. Así que, apelando a la fuerza de Bella, que, al contrario de mí, estaba totalmente embelesada, con la actitud de Alfa controlador que ejercía nuestra pareja sobre nosotras, levanté mi mirada hacia sus ojos,
Irina - “¿Se puede…saber…por qué me estas … torturan… torturando, maldito Rey… oscuro?” le dije en un gruñido más propio de Bella que de mi parte humana. - “No es tortura, simplemente estoy demostrando mi teoría, de que, con el método adecuado, Sirena gamma, puedes ser muy dócil.”- me dijo levantado la cabeza para mirarme, con una mirada oscura, además de una sonrisa peligrosa, y totalmente arrebatadora. - “Maldito seas Rey oscuro, Alfa de m****a, torturador psicópata…”- de pronto recibí un ataque preciso, y deliberado, que me silenció por completo. Sus labios fueron como armas de destrucción masiva, que se borraron con un beso caliente y arrebatador, toda capacidad de resistencia por mi parte, mientras en el interior de mi boca, su lengua injusta y decidida, jugaba con la mía, que, abrumada e indefensa, notaba, como un experto jugador, le ganaba la partida. De pronto lo sentí, como su mano traviesa habia bajado hacia mi ropa interior, para acariciar con el dorso de su mano e
Irina. - “Eso es porque no hiciste nada para compensarlo, eso es lo que te tiene así, insatisfacción sexual.”- me repitió Ava, con una sonrisa pícara, esa frase que llevan oyendo un maldito día y medio. Ya me estaba hartando de las bromitas, totalmente sinceras, que Ava, me hacía en forma de burla velada, desde que, al día siguiente, le conté lo que había pasado en mi encuentro, subido de tono, con el Alfa, en su despacho, donde tras hacerme descubrir la satisfacción más grande que nunca había sentido sexualmente hablando, dado mi desconocimiento, él me abandonó de aquella forma. La maldita omega no había parado de reírse, ante mi reacción, de nuestro inconcluso acercamiento sexual. Era totalmente injusto que mi mejor amiga me tratara así, principalmente porque, a diferencia mía, ella sí que tenía una vida sexual plena con su mate, cosa que no le importaba que yo notase cada vez que se reunía conmigo cada mañana. Era totalmente injusto y agobiante. Si a esto añadimos que, d
Desmond. - “Ya se ha completado el ultimo rito, Alfa, y los preparativos de la boda, casi están acabados, ¿quieres revisarlos?, ¿o seguirás encerrado en esa cabaña, rumiando, y amenazando a todo lobo que se te acerca?”- me dijo el estúpido de Elijah mediante la conexión Alfa y Beta. Simplemente gruñí con impaciencia, ese beta muerto creía que, por haber encontrado y cerrado su vínculo con su mate, la vida era de un maldito color de rosa, y no se cansaba de restregarse lo bien que le iba todo, mientras yo estaba que me subía por las paredes de la frustración y el deseo de buscar a mi Sirena Gamma, para hacerla mía de una vez. Lo primero que hice después de encerrarme en la cabaña de vigilancia del territorio de la manada, fue mandar a todos los lobos que se encontraban allí, a controlar las fronteras de nuestro territorio, cuando apareció Elijah exhumando ese olor a satisfacción sexual y alegría por haber pasado una excitante y deliciosa noche con su pareja, lo eché y le prohibí a
Irina. - “¿No crees que este vestido es demasiado exagerado?”- pregunté nerviosa mirándome en el espejo, a Ava, mientras sentía que los nervios me agarrotaban la garganta. - “No, no lo creo, además ¿de qué te quejas? sí lo elegiste tú.”- me dijo mientras continuaba colocándome el bajo de la falda del traje de novia. La verdad es que me había encantado desde que lo había visto, me lo había enseñado la madre de Desmond, era el traje que había usado cuando se casó con el padre, en el ritual de la Luna, aunque todos me habían dicho que podía elegir un vestido nuevo de novia, y que había visto muchos, pero ninguno me gustó como el que le vi a Ellie, era algo clásico, con falda con mucho vuelo, tipo princesa, y en el pecho era con un escote resto con encaje cubriéndole desde el cuello, hasta las mangas, que se unían en al muñecas en pequeños botones de perlas. - “Puedes adaptarlo y cambiarlo a tu gusto, me hubiera gustado tener también una hija, a quien poder donárselo, pero al par