Chantaje «Estás despedida, Alana, recoge tus cosas y márchate»«Estás despedida, Alana»«Estás despedida»«Estás despedida»Las últimas dos frases se repitieron en la cabeza de Alana como si fueran un viejo mantra. ¡El despido, lo que ella más temía!—¿Por qué? —preguntó, mirando a Ben con ojos llorosos—. ¿Por qué haces todo esto, Ben? —cuestionó con voz ahogada —. No he vuelto a publicar nada que comprometa a la editorial, es más, he estado estudiando libros de fútbol —añadió con la esperanza de que el despido pudiera ser revertido.—Has metido a la editorial en más de un problema legal, Alana, pero la gota que ha derramado el vaso es todo esto. ¡Dejaste que la competencia tuviese la primicia de tu relación con Matthew Cameron! —gritó, haciendo que Alana abriera los ojos. ¿Esa era la razón de su despido?—¿Me estás despidiendo por eso? —preguntó sin poder evitarlo, mientras Ben le daba una mirada acusatoria.—¡No sabía que tenías una relación con Cameron! —gritó—. Debiste darnos la
Te presento a mi padreAlana frunció el ceño al escuchar el tono de voz empleado por Matthew al preguntarle, pero ¿podía indignarse con él?NO.No podía porque la imagen que Matthew Cameron tenía de ella no era buena y se lo había ganado a pulso. No había sido honesta y en su afán de mantener su trabajo hizo cosas de las que ahora se avergonzaban y era de lo único que podía asumir su responsabilidad, pues antes de Matthew, sus artículos habían sido con fundamentos y, aun así, la había removido de su puesto, sin enseñarle la demanda legal que procedió en su contra. Ni siquiera una citación había recibido.En ese momento no pensó las cosas, pero ahora…—Te he hecho una pregunta, Alan —la voz de Matthew la sacó de sus cavilaciones y sus ojos volvieron a encontrarse.—Necesitamos hablar —repitió ella.—¿Estás segura de que no me estás vigilando? —preguntó él, relajando su expresión al ver el labio de Alana temblar.—No viene a vigilarte, vine a despedirme —dijo en un murmullo.—¿Qué? —Ala
Una distracciónScott esperó desde su cama que Matthew lo reconociera por el apellido, pues ellos no se habían visto una sola vez en el pasado, sin embargo, el hombre se acercó y saludó.—Un placer conocerlo, señor Carter —dijo.—¿Eres el novio de mi hija? —preguntó Scott, mientras Alana rogaba porque Matthew no siguiera con la farsa, no tenía ningún sentido y porque no quería engañar a sus padres; sin embargo…—Lo soy —la respuesta de Matthew fue rápida, clara y contundente. Ahora no había manera de que las cosas fueran fáciles, conocía a sus padres, sobre todo a su padre y sabía que iba a lanzarse a su yugular.—Soy el padre de Alana —dijo él, sorprendiendo a la joven, pues ella esperaba que su padre lo espantara como había hecho con su primer novio a los dieciocho. Dejando en claro que su hija primero debía tener una profesión y con el segundo, se había opuesto alegando que debía realizarse como profesional, pero ¿A Matthew lo aceptaba a sí, como así?Alana pensó que el comportamie
Una loba hambrientaMatthew salió de la ducha casi de inmediato. Él se apresuró para cambiarse, pues se estaba muriendo de hambre, se había saltado el almuerzo gracias a Alana, así que era ella quién debía ocuparse de resolver su problema, con una sonrisa torcida y nada inocente se vistió los pantalones para dormir, pero maldijo cuando se dio cuenta de que su playera no estaba por ningún lado.—Voy a matarte —gruñó, Cody era el único de sus amigos que se atrevía a usar sus cosas y no estaba mal, a él en lo personal no le molestaba, pero odiaba que no le avisara para volver a colocar lo tomado.Matthew siempre había sido precavido y estaba preparado para cualquier situación, sin embargo, ahora se sentía como un tonto por no haber revisado el bolso. Con un suspiro de frustración y resignación salió de la habitación, quizá podía coger algo del padre de Alana, cualquier cosa era mejor que andar por ahí con el torso desnudo…Mientras tanto, Alana no pudo dejar de pensar en la conversación
Te presentaré a mi noviaUn gemido ahogado escapó de los labios de Alana, quedando atrapado dentro de la boca de Matthew, que aprovechó ese momento y profundizó el beso hasta hacer que las piernas de Alana temblaran como si fueran de gelatina. Ella intentó alejarse o por lo menos es la orden que creyó haberle dado a su cuerpo, sin embargo, la erección de Matthew golpeó su pelvis y se sintió tan dura y caliente que, por instinto, ella se pegó más a él, haciendo que sus roces fueran más estrechos.Matthew perdió la cabeza en ese momento, metió las manos dentro de la playera de Alana y con la yema de sus dedos recorrió la tersa piel de sus costillas, hasta rozar el nacimiento de sus pechos, haciendo que Alana se estremeciera y él deseara enterrarse en su calor con tanta fuerza que su bóxer le apretó dentro del pijama.Alana gimió en protesta cuando Matthew apartó los labios de los suyos, pero echó la cabeza atrás al sentir la lengua del hombre recorrer su mentón y su cuello. Alana no sab
Un amor de mujer Alana ya no sabía quién de los dos estaba más loco, Matthew por ofrecerle conocer a su novia o ella por aceptar. En todo caso, quizá era mejor conocer a la mujer que era dueña de su amor, desengañarse de Matthew para retomar el control de su vida, olvidarse de él y de ese cúmulo de emociones y sentimientos que le hacía sentir con cada beso, con cada caricia. Matthew abrió la puerta de su Aston Martin para Alana por segunda vez en lo que iba del día, sin embargo, ella negó. —Iré en mi auto —dijo. —Enviaré por él —respondió Matthew, ella negó, pues necesitaba una villa de escape en caso de no poder soportar ver al hombre con su novia, así que no aceptó. —Iré en el mío —insistió. Matthew cerró la puerta del Aston Martin y se acercó a Alana. —Iremos primero a mi departamento, necesito cambiarme de ropa, quiero estar presentable —dijo. Ala asintió. —Te esperaré abajo —replicó ella. Matthew se subió a su cocho y esperó a que Alana hiciera lo mismo, antes de dirig
Desde otra perspectivaMatthew esperó en completo silencio por la respuesta de Alana, sin embargo, ella lo miraba asustada. Su rostro se había tornado ligeramente pálido y se alejó dos pasos de él.—¿Cómo sabes que…? —ella hizo una breve pausa—. ¿Cómo lo sabes? —preguntó.—Tu ex jefe envió un comunicado al abogado de mi padre —respondió—. Y también lo ha hecho publicar en el diario.El color pálido de Alana cambió a un rojo intenso, producto del enojo y la vergüenza que sentía en ese momento. Ben la había expuesto públicamente y con ello había jodido su carrera como periodista, ninguna otra editorial la contrataría teniendo antecedentes de demandas y escándalos.—Alana…—No quiero hablar aquí, te contaré lo que quieras saber, pero no aquí —pronunció Alana al darse cuenta de que ya no estaban solos en el estacionamiento.Matthew también pudo darse cuenta, por lo que llevó una mano a la espalda de Alana y la ayudó a subir al auto para evitar que los paparazzi pudieran tener una captura
Un beso de buena suerteAva caminó a paso lento, dando tiempo a que Connor y Alexandra se alejaran de la mesa, mientras Cody liberaba el hombro de Daphne.—Te debo una —pronunció ella.—No te preocupes, pero si tengo la oportunidad de ocupar un favor… —Cody sonrió, dejando las palabras al aire, al tiempo que Ava se hacía notar.—Hola —saludó ella.Cody le sonrió y la saludó de beso.—Hola, Ava —correspondió Cody, haciendo que el corazón de la joven martillara dentro de su pecho con fuerza y las manos le sudaron. Esta era la primera vez que Cody realmente se fijaba en ella y le dirigía la palabra luego de un saludo.Cody normalmente asentía o le daba una ligera sonrisa, pero en esta ocasión las cosas eran distinta y Ava no sabía cómo sentirse al respecto. Las emociones corrían como una descarga eléctrica por todo su cuerpo y creía imposible de controlar.—Tomen asiento, la gente está viéndolos —susurró Daphne, al ver que estaban llamando la atención de los presentes.—No será la primer