capitulo 15
Llevo diez días llorando como una Magdalena sin descanso en la casa de Leo. Siento que en cualquier momento voy a inundar su casa con mis lágrimas. Nico y Leo están preocupados porque no he querido comer ni salir de la habitación, esperando a que Bastián me llame y me pida perdón. Pero al quinto día me resigné: no lo haría. Y lo entiendo... pero también me duele, porque no me creyó.

—Abril, ya no puedes seguir así —Leo me levanta de golpe de la cama y me mete a la ducha a la fuerza.

—¿Qué mierdas te pasa, Leo? ¡Quiero volver a la cama!

—Nada de eso. Te vas a bañar y a organizar, porque te conseguí una entrevista de trabajo. Así que mueve ese culo.

—No quiero, Leo.

—Las cuentas no se pagan solas, Abril. ¿O acaso quieres regresar con tu padre?

Joder... obvio que no quiero, pero tampoco me quiero parar.

—Elige tú la ropa —me doy un baño largo, de media hora, y cuando salgo, la ropa ya está sobre la cama.

Cuando salgo, veo que Nico y Leo están hablando, pero no se dan cuenta de que estoy a
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