Los Imitadores

Durante las siguientes semanas visite a seis de mis asesinos actuales, con cinco hable acerca de conseguir una escopeta con balas al más confiable le consulte que conocía algo resistente que aguantaría escopetazos y hasta ametralladora. Él me dijo que sí, un chaleco de nivel 3 de seguridad del cual pidió luego de averiguar lo resistentes que eran, decidí pedir cinco chalecos era lo más seguro que podía obtener hasta ahora. Ahora en adelante mis problemas resultaron mucho más peligrosos, era tiempo de usar todo tipo de recurso y acabar con las grandes amenazas que me rodeaban antes que acabaran conmigo. Me vi con la paciencia de esperar todo un mes para que llegara la nueva protección. Me mantuve oculto y poco llamativo para no salir nuevamente herido ni siquiera estaba completamente sano para combatir contra mis perseguidores.

Pude evitarlos una semana más estuve atento a las noticias de homicidas tenía que ser cuidadoso y ver hasta donde llegarían, como lo suponía. La mayoría de matanzas con armas de fuego poderosas eran "Los imitadores" que usaban electricidad, eso significaba que buscaban eliminar a la raíz. Para tener ventaja, decidí ir a sitios y encontrarme con un "imitador" que me apoye; así que empecé a recolectar viejos periódicos baratos.

Aun así me los encontré dos veces antes de conseguir un mejor traje. La primera vez fue porque escuché un disparo y decidí ir a ayudar. Vi a 3 hombres intentando robarle a un chico, disparé a dos en sus brazos y al tercero en la cabeza cuando dieron vuelta apunte las piernas de los mismos, ellos devolvieron. Solamente subí y acabe con ellos con mis balas luego me acerque donde cayó una bala; mi mano izquierda la tenía sobre el derecho que resultó herida durante el ataque aún me dolía, expuse mi puñal electrocutado y los enganche de rodillas a codo de esos mugrosos criminales, corte sus gargantas, después con todo el brazo de uno mientras gozaba ver como se retorcía.

De repente un balazo de escopeta me llevó a equivocarme, menos mal fue distante el tiro... hubiera sido peligroso. – ¡Ni siquiera me han dejado iniciar! Los jóvenes son maleducados. – les dije irritado tras la interrupción.

Verlos más de cerca, vi que llevaban puesto un casco cada uno, al parecer la información del último sobreviviente logró escapar. No podía escapar tras el golpe del tiro en mi espalda, guardé mi pistola y saque mis puñales, corrí a ellos; mientras disparaban me lance al suelo para esquivarlos. Volví a pararme cerca del primero y apuñale su muñeca, le quite la escopeta disparándole en la cara haciéndolo callar. El siguiente disparo fue para el segundo nuevamente en el rostro, fui tras el cuerpo y lo tome como escudo, el resto observo, y disparó; pero utilizaba el cuerpo de víctima arma protectora.

—¡Rodéenlo! —. Escuche uno decir eso. Salté hacia el arma y le disparé mientras que los otros seguían de darme balazos, a pesar de haberme cubierto algunas balas se atravesaron en mí retorciéndome. Aun así pude apuntarle al más cercano a la cabeza, dejando finalmente a uno, lance la escopeta en busca de otra. Mi presa lo noto y mientras recargaba las balas lanzaba el resto de armas lejos de mi alcance. Nos disparamos al mismo tiempo sorprendentemente, pero rodé para evitar mucho menos el impacto, la presa cayó.

No estaba dispuesto a cazarlo, por el contrario, me levanté y me acerque a él. —Bien, bien, ¿Por qué me están persiguiendo? — pregunté al caído cuando atravesé con mi puñal la mano del perseguidor. El sujeto gritó y luego se rió diciéndome.

— ¿Crees que te perseguimos a ti?, no seas idiota. Nos contrataron para acabar con el original; alguien tan viejo no es más que un simple imitador absurdo —. Los jóvenes siempre son tan imprudentes.

— ¿Qué sabes de los que te contrataron?, ¿Algún nombre?... ¡Nombres! ¡Nombres!.

—No soy un soplón idiota, ¡Vamos a matarte!, ¡Más vendrán por TI!, ¡Más vendrán por ustedes!, ¡Y los casaran UNO POR UNO! —estaba claro que no sabía lo que decía.

—Joven, joven, joven —respondí mientras le cortaba toda su mano izquierda, riéndome de su cara de dolor. Saqué mi cuchillo y procedí con la otra degollando las uñas con todo y piel.

—No te preocupes por morir, preocúpate por cuánto vivirás. Hasta que me digas la verdad, vamos tenemos toda la noche, así que mejor deberías comenzar a hablar muchacho —el joven de nuevo de insistente, me dijo amargamente

— ¿Usted cree que esto es una tortura?, esto es un juego estúpido anciano.

— Habla, habla, habla —le dije cortando de sus dedos—. Vamos a hablar. ¿No planeas hablar eh? Descuida puedo hacer esto toda la noche, adelante empieza a hablar, cualquier cosa es útil. Los dejaré a tres metros como quedarías tú....

Escuché sirenas de la policía acercándose y mi víctima fijo su mirada en la mía con una sonrisa.

—Vamos, huye. ¿Ya no hay tiempo verdad? Huye. Me desenmascare en frente del muchacho, le corte el cuello, de oreja a oreja, tome una escopeta y traslade el cuerpo sobre el primer lugar en donde había caído luego hui.

La segunda vez fue mientras desmembraba con electricidad a un grupo de drogadictos reunidos, era sencillo rebanar sus gargantas, la electricidad la utilizaba para intentar que despertaran, pero eso no funcionó. Por último degollaba tranquilamente al último cuando enseguida escuche pasos, para cuando voltee ajustando mi puñal pero el tipo ya estaba bastante cerca de mí (no al punto de invadir su espacio) y me dio un tiro en el brazo. Gimiendo de dolor, golpee a mi adversario, abrí mi chaleco sacando la escopeta y disparé lo más posible hacia su cabeza. —Bien novatos, ¿Quién sigue? Dije al resto de la banda, los seis integrantes retrocedieron lentamente solo para iniciar a disparar con ametralladoras. Tal como hice anteriormente, levanté el cuerpo del atacante caído poniéndolo delante de mí, intentando buscar más terreno y tratar de poner una nueva bala en el arma para cuando uno de ellos se detuviera yo ya estuviera listo. Corrí a donde estaban disparando pero ninguno cayó, de la nada oí gritos de ahogos y vi solo un sujeto. Solté el cuerpo—

—Gracias joven—Dije observándolo bien, tenía una tez negra y un traje negro que lo hacia desaparecer, era casi tan alto como yo y uno ojos algo achinados—estos sujetos iban a asesinarme, Dime algo, ¿Eres un justiciero? —dije a manera de agradecimiento, él solamente me vio y segundos después asintió—. Vaya reservado, pocas armas y ropa ligera. ¿Practicas algún arte marcial amigo? Veo honor en tu forma de ser. —Nuevamente volvió a asentir el muchacho. —Bueno... soy "El Electrocutador" —le menciona mostrando mi puñal de confianza eléctrico. Él se acercó a mí.

—Entonces gracias a usted, por usted entiendo que para que haya justicia debe de haber temor en los criminales.

—Pues de nada, solo intentaba dar el ejemplo a la ciudad, que bueno que hayas entendido el propósito de todo esto. —Dije contento al joven, pero antes de terminar me tumbo al suelo...

—Es por eso que tú deberías dejar de hacer esto- dijo sacando una katana que escondía entre su ropa

— ¡Espera! —intentando convencerlo en no realizar dicho acto—. Sé que tal vez mis métodos parecen muy drásticos, pero si solo los derribas o hieres, estos se vuelven a levantar. Se vuelven más fuertes, más arrogantes y consideran tu bondad una debilidad. No te temerán, sería mucho más arduo que dejaran la delincuencia.

—Yo lo eh visto, se puede lograr, hay gente que se puede redimir, gente que mereció oportunidades, pero tú no se la diste.

— ¿Y qué pasa con las personas que mataron eh?, también tenían oportunidades que ellos les arrebataron. ¿Y qué pasa con los líderes, eh?, ¿Tú crees que puedes redimir a alguien tan inteligente que ha montado toda una red a su alrededor? ¿Lo redimirás? ¿Lo desmayaras con información comprometedora para que lo culpen?, ¿Y si sobornan a los jueces, retrasan sus sentencias, manipulan y huyen? ¿Qué pensarías que merece una persona en ese caso? —el joven me escuchó, me soltó, aunque decidí no levantarme aun.

—Tal vez haya casos necesarios y posiblemente puedas justificar todo lo que quieras viejo, pero mataste a muchos criminales cualesquiera. Hasta ahora no he oído de un líder que hayas matado, no tienes excusa.

— ¿Tú crees que un líder es fácil de cazar? —Reí del ingenuo—. Primero tienes que amenazar para que sospeche, tienes que investigar para saber dónde se oculta. Luego rastrear a los más importantes y eliminarlos para que no sepa qué información obtuviste; se asuste, busque destruirte y empiece a cometer errores. Cuando tenga miedo y decida protegerse, con toda su seguridad atacar y destruirlo junto con sus colegas, de esa manera se aterroriza al resto de jefes, y sabrán que iras por ellos.

—Tu plan tiene lógica aunque... parece que lo que buscas es causar una masacre para luego buscar excusarte, tiene sentido tu búsqueda, y por el momento... Buscamos lo mismo. —dijo ayudándome a levantarme—. Pero créeme, según tu ideología, tú también mereces morir —ambos nos vimos momentáneamente y analizando lo que había dicho me retiré diciéndole lo siguiente.

—Nos veremos aquí mismo en 3 semanas, averigüemos qué saben de estos que acabas de desmayar y acabaremos con los peces gordos de una vez. Los hombres comunes huyen de los demonios, pero los hombres justos los combaten —el joven sonrió y contestó lo mismo.

—Los hombres comunes huyen de los demonios, pero los hombres justos los combaten- dije para finalizar 

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